Sinopsis

Documental epistolar que reconstruye la memoria del exilio de dos hermanas arquitectas, separadas por la última dictadura militar argentina, luego de que Julia escapara a Formosa, en el norte de Argentina, y Claudia a Lund, en el sur de Suecia. Escuchando las correspondencias que mantuvieron durante 10 años, el film recorre los paisajes que albergaron la vida de ambas, mientras ensayaban formas de reconstruir la vida luego de sobrevivir un genocidio.

Sobre su producción

Hace 6 años, cuando comenzamos el proceso de la peli, hicimos un pacto con la productora Lara Decuzzi, queríamos demostrarnos que era posible soñar y hacer una película desde Formosa y Río Negro. Crear, desde los márgenes del país, un cine a nuestra medida. Un cine que no pida permiso para existir. Fue un largo proceso en el que atravesamos una pandemia, un proceso inflacionario y diferentes recortes a la cultura, incluyendo el más reciente y más violento. Fue también un proceso de aprendizaje, de construir y afianzar redes de trabajo con un grupo de gente maravillosa, con quienes compartimos un amor por el cine independiente y una procedencia común: la universidad pública y gratuita.

Esta película fue hecha con esfuerzo, con estudio, con largas conversaciones por teléfono, con ahorros y, por sobre todo, con recursos del estado. Además de los fondos del instituto nacional del cine y de las becas, la computadora con la que fue editada, fue adquirida gracias a los créditos otorgados a monotributistas durante la pandemia; y la cámara con que la mitad el material fue rodado, fue comprada con un crédito provincial formoseño, originalmente pensado para que los kioscos compraran freidoras o cocinas industriales (una manera particular de asumir el carácter industrial del cine federal, aunque algunas políticas públicas al respecto nos excluyeran). En tiempos de propaganda anti estatal, reivindicamos la importancia de un estado presente, que genere las condiciones para que las personas podamos desarrollar nuestras ideas y proyectos.

Ya entrado este gobierno demoledor para nuestra industria, cruzamos la frontera para demostrar que incluso luego de un largo camino, sobrevivimos. Es una enorme alegría compartir esta película que es un pequeño triunfo para el cine federal, históricamente desmerecido por la mirada colonial de las grandes capitales. Defender los recursos para el arte y la cultura es una forma de garantizar la pluralidad de voces que es, al fin y al cabo, la única forma de fortalecer la democracia.

Sobre UNA TEMPORADA EN LA FRONTERA

Un relato epistolar es necesariamente un relato sobre la distancia. Sobre lo que separa a las cosas. Claudia y Julia, dos hermanas separadas por la dictadura, se mandan cartas a través de los años. Esas cartas son leídas en off por dos mujeres en el presente. Sobre sus voces, se ven imágenes contemporáneas de Suecia y de Argentina.

Todo en Una temporada en la frontera parece estar a la vista, como si dijera: “esto es todo lo que tengo”. Y sin embargo, a pesar de su apertura, es poco lo que dice sobre su historia. La película avanza y las preguntas se van acumulando: ¿quiénes son las mujeres que leen las cartas de Claudia y Julia? ¿Por qué no vemos ni a las escritoras ni a las lectoras? ¿Qué relación existe entre las cartas que escuchamos y las imágenes que vemos? ¿Por qué un relato que tiene la disposición de contarlo todo decide restringir información? En el centro de Una temporada en la frontera late una ausencia: Claudia y Julia fueron separadas. Si la película no muestra o no cuenta todo es por una especie de honestidad formal: un relato sobre una separación no puede nunca estar completo. Para decirlo todo, a veces, hay que callarse la boca, cerrar los ojos, e imaginar. La imaginación –la ficción– es la espada que enarbola la película para combatir la distancia. Ahí donde la política rompe y separa, la ficción acerca.

En una de las cartas, Julia le escribe a su hermana desde Concordia. Mientras la oímos, vemos un plano evidentemente contemporáneo del restaurante Pippo, en el centro de Buenos Aires. Esto supone dos desencuentros: una imagen del presente y una carta del pasado; un relato escrito desde Concordia y una imagen de Buenos Aires. Al igual que las hermanas, la imagen y el sonido están separados. En la carta, cuenta que su marido viajó a Formosa en busca de trabajo, le agradece por los regalos enviados, imagina la nostalgia que debe sentir, y más, hasta que, cinco minutos después de haber empezado, dice: “A veces vamos a Buenos Aires a parar al departamento de Adriana, mi amiga de la facultad, que vive con un pibe. Nos llevamos bien y salimos al cine o a comer a Pippo. Le he agarrado el gusto a Buenos Aires”. Y entonces, con esa mención que viene del pasado y que señala al presente, la Buenos Aires de los 70s se encuentra con la de hoy y hasta es posible imaginar que entre la gente que vemos en Pippo está sentada Julia, comiendo una pizza con su amiga Adriana, extrañando a Claudia. Si uno espera, la carta llega y la distancia desaparece.

Claudia y Julia llenaron el hueco que dejó la dictadura con su amor de hermanas. La película toma el vacío que deja la política y lo usa como escenario de varios encuentros. Todas las cosas que estuvieron separadas se reúnen en el cine.

MAXIMILIANO PASSARELLI

Ficha técnica

D  Ile Dell’Unti

G  Ile Dell’Unti, Juan Hendel

P  Lara Decuzzi

E  Cartas de Julia Meirama y Claudia Meirama, voces de Florencia Cirigliano y Soledad Dottavio

DF  Franco Palazzo

DS  Ramiro Diaz Aguero

SD Marilina Gimenez

AD Odalis Sekieliyk

AP  Marcel Czombos

AP Formosa Javier Saporiti/Sabrina Monges

AP Buenos Aires Raúl Laffitte

BIO

Ile Dell’Unti es una artista transdisciplinaria de la frontera norte de Argentina que trabaja en torno a lo real. Sus cortometrajes participan de festivales internacionales -BAFICI, FESTIFREAK, FICIC, DOC BSAS, FICUNAM-. Su ópera prima “Preferiría no hacerlo” se estrenó en DOCLISBOA 2017. Su video instalación “Oración a San Juan” fue ganadora del premio argentino a las artes visuales 2021 de la Fundación Osde. En el año 2022 estrenó la instalación audiovisual “Pasero” en la Fundación Osde y “Río Revuelto” en la Bienal de la Imagen en Movimiento (Argentina)

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