Sinopsis
Simón tiene 21 años. Se presenta a sí mismo como ayudante de mudanzas. Dice no saber cocinar ni limpiar el baño pero sí hacer la cama. Recientemente parece haberse convertido en otra persona…
Sobre su producción
Cuando se hace una película, los esfuerzos se multiplican en infinitas direcciones. Si tengo que identificar un esfuerzo que marcó la producción de Simón de la montaña diría que fue el de ver y escuchar al otro; el “otro” pensado en sentido amplio. Hemos tenido la oportunidad de mostrar la película en otros países pero consideramos que la presentación en Contracampo obliga a la película a dialogar con su contexto, y la ubica en un territorio de autocrítica y resistencia en su país de producción. Hoy, en nuestro país estamos recibiendo una ola de brutalidad que quienes nacimos después de la última dictadura militar no conocíamos. Me preocupa ver cómo crece la violencia en las palabras y en la calle, no solo contra el cine sino contra la cultura, la educación y la salud públicas. Me eduqué en la universidad pública, mi madre trabaja en el hospital público y muchos trabajadores de esta película se atienden en el hospital público. Esta película también se hizo gracias al apoyo del instituto público de cine. El valor que tienen todas estas instituciones hace evidente que no pueden ser liberadas ni reguladas únicamente por la mano invisible del mercado. En nuestro país cuesta mucho escuchar al otro, escucharlo en serio. Me gusta pensar que Simón de la montaña es un humilde aporte a esa autocrítica. Pienso que las culturas de alguna manera envuelven a los sueños y pesadillas colectivas de una sociedad. Hoy, Contracampo es el espacio que permite que los sueños y pesadillas propias y ajenas sigan brotando, y que sigamos aportando desde nuestro lugar, el de hacer películas.
Sobre Simón de la montaña
Simón de la montaña no se parece a ninguna película argentina reciente. El escenario elegido es una pequeña ciudad de Mendoza, pero podría haber sido cualquier otra geografía, porque el espacio en sí de la trama es el propio psiquismo del protagonista, cuya opacidad revestida de un circunspecto sufrimiento solamente permite entrever la cáscara del personaje. La fascinación del relato reside en la indecibilidad de lo que le pasa.
Como si se tratara de una inversión dialéctica y humanista de Los idiotas, de Von Trier, Luis propone lo siguiente: el joven Simón no se siente cómodo con su familia y prefiere pasar su tiempo con personas de su misma edad que tienen el certificado de discapacitados. Por tres semanas, aparentemente, se suma a un centro de recreación en el que comparte actividades: teatro, natación, excursiones. Una travesura sin grandes consecuencias revela algo inesperado de Simón. Decir algo más sobre ese episodio es innecesario, no así la posibilidad de formular una conjetura: la consistencia simbólica de toda persona es mucho más endeble de lo que se cree, y la noción de incapacidad suele restringirse a una cartografía de la conducta humana que pasa por alto otro alcance del concepto.
La escena inicial es indeleble. El viento zonda azota. Simón y sus compañeros están en la cima de una montaña y se han perdido. Todos buscan captar algo de señal para sus teléfonos y pedir auxilio. El sonido del viento escala en primerísimo plano. Es el anuncio de una poética sostenida en el sonido a lo largo de toda la película, ya no del viento, sino de la realidad percibida auditivamente a través de un amplificador con el que Simón intenta ser uno más entre los otros.
El trabajo de Lorenzo Ferro es tan notable como el que había hecho en El ángel; Luis saca provecho de un material de archivo filmado por el padre de Ferro (el gran Rafael Ferro) durante la infancia del actor y añade un precedente en la biografía del personaje que resulta perfecto para acentuar todavía más el enigma de la conducta de Simón, otra estrategia formal que expresa la inteligencia y la sensibilidad del director debutante.
ROGER KOZA
Ficha técnica
CP 20/20
Dir Federico Luis
P Patricio Álvarez Casado
G Federico Luis, Tomas Murphy, Agustín Toscano
E Lorenzo Ferro, Pehuen Pedre, Kiara Supini, Laura Nevole, Agustín Toscano, Camila Hirane
DF Marcos Hastrup
M Tomas Murphy, Andrés Medina
DS Martin García Blaya
DA Bruno Mantoani
V Paula Ruiz Avalos
BIO
Federico Luis (1990, Buenos Aires) es cineasta. Estudió Ciencias de la Comunicación Social en la UBA. Su cortometraje La Siesta tuvo su estreno internacional en la Competencia Oficial de Cortometrajes del Festival de Cannes 2019. También fue distinguido con una Mención de Honor en los Shortcuts del TIFF (Festival de Toronto) y ganó como mejor cortometraje en el BAFICI 2019 (Festival de Buenos Aires). En 2023, en Ámsterdam recibió el premio al mejor cortometraje en IDFA con En el mismísimo momento. Quedate quieto o te amo fue reconocido como el mejor cortometraje del Festival Internacional de Cine de Mar Del Plata. Simón de la montaña es su primer largometraje.