Sinopsis
Retrato del regreso a Argentina del historiador, periodista y escritor Osvaldo Bayer tras sus años de exilio en Alemania.
Sobre su producción
En abril de 1983, tenía 24 años y hacía cuatro que residía en Alemania. Cursaba el segundo año de estudios en la Universidad Pública de Cine HFF (Múnich). El trabajo práctico correspondiente al semestre, era un mediometraje individual de 43 minutos.
Yo estaba pensando llevar a cabo un corto ficcional sobre Malvinas: una idea que presentaba inconvenientes logísticos y encima despuntaba el clima primaveral en Baviera.
De cualquier manera me urgía abordar desde el oficio que estaba aprendiendo, aquello que pudiera reflejar lo que estaba ocurriendo en el país; denunciar las atrocidades que aún seguía cometiendo la dictadura. Era la idea: filmar en Alemania, reflexionando sobre lo que ocurría a doce mil km de distancia. Todo ello con las 6 latas de celuloide (67 minutos de película blanco y negro 16mm) que nos daba la universidad.
Estaba en eso, cuando un amigo me alcanza unas fotocopias con textos sobre el exilio, publicados por Osvaldo Bayer en 1980. Habían sido bellamente traducidos al alemán por su compañera Marlies Joos.
Esos textos fueron el disparador para salir a buscar a Osvaldo (yo no sabía que vivía en Berlín).
Intercambiamos postales, que eran el medio más rápido después del telegrama, y acordamos mi primer viaje a Berlín, para hablar del posible retrato de un escritor argentino en el exilio.
Ya en el primer encuentro, Osvaldo me dijo que su anhelo era el de volver al país antes de que termine la dictadura. Un mensaje simbólico a sus perseguidores.
Con Heribert Kansy, compañero de cursada, filmamos durante 10 días en Berlín.
Apenas regresamos a Munich, nos enteramos que un amigo salía de gira por canales de TV, a presentar nuevos proyectos. Me convencieron de acercarle una carpeta. La idea era documentar ese tiempo histórico antes de las elecciones.
Tras su llamado, y mostrando el material crudo a los productores del ZDF, conté el anhelo de Osvaldo.
El comentario fue determinante para que finalmente accedieran a financiar en muy corto plazo, nuestra partida hacia Buenos Aires.
A fines de agosto del 83 hice la llamada que no encerraba sólo alegría:
“¡Osvaldo, si vos estás de acuerdo, en octubre nos vamos a la Argentina!”
Sobre CUARENTENA
Mientras estudiaba cine en Alemania, el director Carlos Echeverría conoció al escritor exilado Osvaldo Bayer, quien le expresó su deseo de volver a la Argentina antes de que terminara la dictadura. Echeverría entendió pronto que ahí había un film y se dedicó a filmar la actividad cotidiana de Bayer en Alemania mientras gestionaba recursos para acompañarlo en su regreso, que a su vez la propia película terminó apurando.
A pesar de ser una ópera prima, la mayor parte de los rasgos de la futura obra de Echeverría ya están presentes: la estructura determinada rigurosamente por el tema, el punto de vista narrativo que superpone sutilmente al protagonista del film con el propio realizador, la lucidez política, el formidable trabajo para obtener imágenes difíciles pero imprescindibles. Por su tema supuso también una continuidad con el documental político del pasado, aniquilado por la dictadura, aunque su forma sustituye la urgencia por la expectativa y la exaltación militante por la observación concentrada. Una zona del film, en blanco y negro, muestra a Bayer en su exilio, ponderando con otros argentinos las posibilidades del regreso, ganándose la vida traduciendo ficciones televisivas, escribiendo y hasta discutiendo en televisión el rol de Alemania en la recepción de refugiados políticos. Su viaje a la Argentina es filmado en colores e incluye la tensión de Bayer al mostrar su pasaporte ante las autoridades argentinas, que aún son las de la misma dictadura que lo había expulsado siete años antes. Ya en Buenos Aires, Bayer pasa a ser menos un protagonista que un testigo, a través del cual el film retrata el clima de ese momento histórico singular: las discusiones políticas en la calle, las últimas marchas contra la dictadura, el rol de las Madres de Plaza de Mayo, la importancia de medios críticos como la revista Humor. Todo eso se alterna con el reencuentro del escritor con su familia, con sus amigos, con viejos anarquistas. Entre las muchas virtudes del film se destaca su tono concreto, mesurado y expectante, que evita tanto la evocación lacrimosa como la celebración triunfalista. Durante la jornada electoral, Bayer sigue expectante todo el proceso y el conteo de votos en las oficinas del diario Clarín, en compañía de sus antiguos colegas de redacción. Recién allí se revela un dato terrible: los exilados no estaban en el padrón y no pudieron votar en esas elecciones en las que se jugaban sus destinos.
El film termina con una conversación entre Bayer y un mozo de café, que por su actualidad parece filmada ayer, y con una imagen de singular elocuencia: el interior del Congreso nacional, que todos esos años había permanecido cerrado por la dictadura. Los militares seguían siendo un tremendo factor de poder en la vida argentina y por eso esa escena final en el Congreso vacío no funciona sólo como una proeza periodística sino que tiene un potente valor narrativo y cinematográfico: es la imagen clave para representar un futuro que aún era incierto.
FERNANDO MARTÍN PEÑA
Ficha técnica
CP Hochschule für Fernsehen und Film München (HFF) – Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF)
Dir Carlos Echeverría
G Carlos Echeverría
T Osvaldo Bayer
E Osvaldo Bayer
DF Heribert Kansy, Henning Stegmüller
DS Heribert Kansy
M Fritz Baumann
MU Pedro Menéndez
BIO
Carlos Alejandro Echeverría es un director de cine volcado hacia el género documental. Sus trabajos se han dirigido fundamentalmente a reflexionar acerca de las relaciones entre memoria y política, así como sobre las pautas culturales del autoritarismo.