Sinopsis

La luz del sol cae sobre el patio de otoño, un arroyo crece dentro de un sueño. Elisa y Lucía tienen varios años de diferencia pero también una amistad que las une. Hay una que le va a tender un puente a la otra. Y le va a abrir una ventana que permanece abierta, aunque el tiempo pase.

Sobre su producción

La amante de la luz es una película pequeña que empecé a filmar hace 16 años, cuando aún estudiaba en la Universidad Nacional de Córdoba. Los últimos materiales que hicimos junto a la protagonista son del año 2014 y, con el paso del tiempo, se fueron convirtiendo en archivos propios. Durante la pandemia concursé con este proyecto para una Beca del FNA que finalmente obtuve, y otra vez se hizo presente el apoyo económico del Estado para que podamos hacer películas en una provincia. Aporté la totalidad de mi trabajo como directora y editora. También desempeñé los roles de producción y distribución, por falta de presupuesto. Quise dedicar los poquitos recursos que tenía a la postproducción, donde los técnicos se comprometieron a fondo con el trabajo, aunque yo no pudiera pagarles la totalidad de su valor. Ha sido fundamental, en ese sentido, el aporte de Klang, sonido para cine en la mezcla y Cineluz en la corrección de color. Creo que si pude hacer esta película fue gracias a que el cine cordobés es una comunidad en la cual siempre intentamos que los proyectos sean materialmente posibles, entregando saberes, experiencia, equipos y también jornadas de trabajo, porque nos interesa apoyar un proyecto puntual o a una persona que tiene una mirada con la cual sentimos cierta coincidencia y afinidad. Y eso no significa que este oficio (en mi caso, el de montajista) no sea nuestro medio de vida. Sí lo es, pero hay algo que trasciende lo económico y da sentido a esta tarea: que las películas existan y representen las cosas que nos pasan. Que hablen de lo que somos en otras partes del país. Que se vean y se puedan compartir con los demás. Por eso agradezco a todo mi equipo técnico por su enorme trabajo y dedicación, pero especialmente por su generosidad hacia este proyecto. Y a CONTRACAMPO, gracias, por permitirnos este espacio de encuentro alrededor de las películas que logramos estrenar a pesar de todo.

Sobre La amante de la luz

A veces olvidamos las bondades que nos brinda la cinefilia. Vamos al cine a buscar una conmoción, un impacto, algo que nos solucione la existencia. Por un momento estamos solos pero acompañados, compartiendo esa experiencia con otrxs espectadores que quizás estén en la sala esperando lo mismo: esa sensación excepcional en la que, de repente, encontramos el sentido escondido que está detrás de todas las cosas.

Por eso, antes que una obsesión, la cinefilia es una forma de encuentro, de descubrimiento. En La amante de la luz, Lucía Torres Minoldo retrata el delicado vínculo que existe entre dos generaciones de cinéfilas muy distintas, pero que están unidas porque conocen aquellas suavidades que el cine brinda sin pedir nada a cambio. Bajo el halo del humo del té o entre las hojas de un árbol, comparten plácidas tardes de invierno apenas dejándose ver, tal vez como una forma de esconder sus rostros y hacer desaparecer la vergüenza de verse expuestas delante de una cámara. Así, la voz y el relato quedan al frente del movimiento de la película, que oscila entre el pasado y el presente de la ciudad de Córdoba, mientras se descubren los lazos que las unen, escuchando, siguiendo sus pasos, revisando fotos y otras cajitas que guardan recuerdos.
Hay un plano, sin embargo, en el que las dos amigas se ven frente a frente, respaldadas por la luz de un atardecer. La directora dice que le gustaría quedarse a vivir ahí, en el instante en el que dura ese momento, en ese plano que nunca podrá ser eterno. Cualquier cinéfilo podrá reconocerse en ese deseo, porque es el tipo de cosas que uno dice cuando ya vive de lleno en las películas. La confesión transforma La amante de la luz en lo que siempre fue pero no nos permitía intuir del todo. Una película que prefiere ir despacio, como en puntitas de pie, hacia su fin último: una despedida inevitable, una forma de encontrarle sentido a la ausencia. Tal vez la única forma de lograrlo sea continuar con el legado, seguir haciendo películas, seguir viéndolas y, sobre todo, compartiéndolas, como una forma de asegurarse de que otros amen lo que nosotrxs hemos amado.

LUCAS GRANERO

Ficha técnica

CP Bella Tarea Cine
Dir P G DF M Lucía Torres Minoldo 
E Elisa Grosso, Lucía Torres Minoldo
DS Francisco González Cholaky

BIO

Lucía Torres Minoldo (1986) es montajista y docente. Se formó en el Cineclub La Quimera y en la Universidad Nacional de Córdoba. Fue integrante de la productora Cine El Calefón. Desde 2011 editó y realizó la consultoría de más de treinta películas de largometraje. Sus cortos propios son Nubes de febrero (2018) y La piel dulce (2022), este último en codirección.

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