Sinopsis

Hace unos años apareció un hombre que decía hablar una lengua aparentemente perdida: el chaná. Al poco tiempo se editaron diccionarios y la lengua se pudo recuperar completamente. Este hombre también ubicó a los chanás en el mismo lugar donde hoy viven los alemanes del Volga, en la provincia de Entre Ríos. Inspirada en el libro de poemas homónimo, Sombra Grande es la historia de un grupo de amigos que viven en las aldeas alemanas mientras preparan una película sobre aquella lengua nueva.

Sobre su producción

Sombra grande se filmó a lo largo de cinco años con el ínfimo presupuesto que te otorgaba la casi extinta Vía Digital. No es que no recibimos ningún apoyo de otro fondo, simplemente no salimos a buscarlos porque no sabíamos de qué manera se iba a ir desplegando la película. En el medio, filmamos dos películas más, Jesús López y Luminum, así que actores y decorados se mezclaban y hasta se confundían, como el caso de Benigno, que actúo en las tres y me preguntaba a cada rato en cuál película estábamos. Yo le decía que era siempre la misma pero solo cambiaba la etiqueta. Y algo de verdad hay, cuando uno filma tanto y tan seguido, el proceso se parece más a un movimiento que tiene diferentes patas pero el horizonte es el mismo. Además, a Sombra Grande la protegimos de las explicaciones, esas que uno tiene que dar en residencias, fondos y mercados, donde te la pasás explicando porque querés hacer una película. Ni siquiera a mis amigos les contaba mucho sobre el proceso, me guardé ese secreto como se guardó la lengua chaná durante cientos de años en la provincia de Entre Ríos. Y ese guardarla y no compartirla hizo que la película se vaya deformando y cayendo en los mismos lugares, una y otra vez. Esa imperfección, ese no saber a dónde ir, simplemente porque acompañábamos vidas que nos daban a cuenta gotas giros y sorpresas para narrar algo. ¿Pero narrar para qué? ¿Para quién? En un cine cada vez más calculado, es bueno sentirse parte de la resistencia de la imperfección, de abrazar a la poesía y no a Amazon, de insistir en lugares inhóspitos y alejarse, como flotando suavemente en un arroyo, del triste algoritmo.

Sobre SOMBRA GRANDE

Además de aprender a hablar la lengua chaná, en Sombra grande los descendientes de alemanes del Volga trabajan la tierra, cuidan sus animales, se mudan, se casan, festejan y bailan al ritmo de Antonio Rios. En la calculadora de Maximiliano Schonfeld, la multiplicación de una cultura ancestral precolombina en vías de extinción por otra europea en similares condiciones puede dar como síntesis una hermosa comunidad de entrerrianos cumbieros.

Inspirada en el libro de poemas homónimo de Julián Bejarano -una especie de historia de los Chaná a partir de detalles, fragmentos de su cotidianeidad y visiones alucinadas del paisaje litoraleño- la película documenta la recuperación de una lengua que se consideraba perdida, pero inserta ese lento proceso en una ficción expansiva de límites imprecisos que es la vida de algunos habitantes de Crespo, Valle María, Santa Rosa y Boca del Tigre.

Una comunidad que, a lo largo de varias películas (Germania, La helada negra, La siesta del tigre, Jesus López), fue convirtiéndose en un mundo cinematográfico, con sus espacios reconocibles y sus personajes recurrentes. El lecho arenoso del río en el que buscan fósiles y comen asado es un lugar del cine como lo es la calle Corrientes de Buenos Aires. Nino y Lalo tienen la épica de las estrellas, viven en la pantalla con una intensidad que excede el registro documental. Por eso Sombra grande pertenece al territorio del mito, de la ficción, y no del documental biográfico o etnográfico, porque lo que retrata es la continuidad de unas vidas que vimos nacer previamente en otras ficciones, y cuando aparecen aquí, acarrean una historia ya conocida, una serie de emociones previas.

Las vidas que retrata son vidas emocionantes, definidas por su trabajo, por el espacio que habitan y atravesadas por el arte de una manera simple pero profunda. Durante toda la película, nuestros héroes cantan, bailan, actúan, escriben, recitan, conversan, comen, cocinan. Todas formas de arte dedicadas a hacer de la vida gregaria una experiencia más placentera.

Esta comunidad tiene jóvenes, adultos y viejos. Algunos mueren (o ven morir a sus seres queridos), otros deciden irse, otros quedarse, otros tendrán que volver. Esa pluralidad se siente como nunca antes en las películas de Schonfeld, e implica un cierto regusto agridulce. Al pasado compartido (en películas anteriores) y al presente feliz de la cotidianeidad que registra, Sombra grande le agrega la perspectiva de un futuro, o en todo caso, de una despedida que sugiere el fin de una época. Tal vez no volvamos a encontrarnos con nuevas aventuras de los aldeanos entrerrianos, pero siempre podremos volver a ellas, a través de las películas que nos dejaron.

RAMIRO SONZINI

Ficha técnica

Dir Maximiliano Schonfeld
P Maximiliano Schonfeld, Cecilia Jacob
Maximiliano Schonfeld
E Blas Jaime, Mario Wendler, Darío Wendler, Benigno  Lell, Lucas Schell, María Emilia Gauss, Sofía Schell, Mirta Mendez,  Joaquín Spahn, Iara Ramírez
DF Maximiliano Schonfeld
M Florencia Gómez García
DS Lautaro Zamaro

BIO

Maximiliano Schonfeld nació en Crespo, Entre Ríos, en 1983. Escribió y dirigió Germania (2012), La Helada Negra (2015), el documental La Siesta del Tigre (2016), Jesús López (2021) y los documentales Luminum (2022) y Sombra Grande (2024). Sus películas fueron seleccionadas en festivales tales como Berlinale, San Sebastián, Bafici, La Habana, DocLisboa, Vissions Du Reèl, entre otros.

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